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miércoles, 5 de febrero de 2014 |

Pena y asco.

Siento pena, pena y asco por mi país y sus gentes. Lo cierto es que no suelo bajar mucho al centro de mi ciudad, y cuando lo hago hay una cosa que siempre me trastorna y a la que, por suerte, no he conseguido acostumbrarme. La mendicidad. Y no sólo eso, sino el cerciorarme de que el número de personas en situación de pobreza va en aumento y su perfil es también cada vez más variado. Pero en cambio hay algo que permanece inalterable y que hace de esta situación un hecho aún más desgarrador: la indiferencia. No puedo evitar observar con aprensión cómo los transeúntes, jóvenes de ambos sexos y no tan jóvenes, caminan con una estampa impecable e impoluta, engalanados y emperifollados hasta el absurdo; cierto que esto es una generalización, pero pareciera que varias generaciones, para más inri las que probablemente tengamos menos futuro y aspiraciones de las gestadas en muchos años anteriores, focalizan su atención únicamente en aspectos banales. Sus manos portan bolsas de firmas de ropa, de grandes almacenes... Bienes de consumo que, con bastante probabilidad, me atrevo a elucubrar que ni tan siquiera necesitan. Casi ninguno de ellos centra su mirada en las personas que están sentadas en el frío pavimento, su rostro y su expresión permanecen totalmente incólumes. ¿Cómo se ha llegado a esa situación? No ya al hecho de dar una limosna o dejar de hacerlo, sino al de la absoluta apatía social, la vacua y falaz existencia que supone no sentir nada por quienes te rodean más allá de tu círculo más íntimo. Cuando hablan de las cifras de perecidos por inanición infantil en el lastimado continente africano, o de sida, o de tantas otras cosas, pienso "Creen que son cifras, cifras y actos aleatorios que les resultan ajenos y sobre los que erróneamente creen no tener voluntariedad ni culpa. En parte, porque así les ha sido inculcado.". ¿Pero y en este caso? Están viendo sus rostros, comparten el mismo espacio público. ¿Cuán de cerca ha de atisbarse la desgracia para plantearnos un cambio? ¿para clamar por otro modelo social? El ser humano posee hoy la tecnología, los recursos, y los medios productivos para que esta situación no se produzca, esto es objetiva y científicamente cierto. Entonces y bajo esta premisa, ¿por qué permitimos que ocurra? ¿deben los intereses privados estar por encima de los derechos sociales? ¿puede permitirse el lucro desmedido de unos pocos individuos y corporaciones en detrimento de una vida digna para otros? Yo, que soy hijo de esta sociedad e hijo por tanto del capitalismo y la economía de mercado, no puedo o no he sabido por ello cómo no incurrir en ciertas contradicciones con mi propia moral, pero desde luego no es este el modelo de Estado por el que abogo.

Me vienen a la mente las palabras del pastor luterano alemán Martin Niemöller durante la barbarie nazi:

"Cuando los nazis vinieron a buscar a los comunistas,
guardé silencio, porque yo no era comunista.
Cuando encarcelaron a los socialdemócratas,
guardé silencio, porque yo no era socialdemócrata.
Cuando vinieron a buscar a los sindicalistas,
no protesté, porque yo no era sindicalista,
Cuando vinieron a por los judíos,
no pronuncié palabra, porque yo no era judío,
Cuando finalmente vinieron a por mí,
no había nadie más que pudiera protestar
."

Luchad, luchad ahora. Pues si esperáis a que la desgracia os afecte a título personal y algún día así sucede, el hambre y la desesperanza no os dejarán fuerzas para ello. Y quizás os convirtáis vosotros en testigos de esa esfera de indiferencia, cayendo en la cuenta de que no queda nadie dispuesto a ayudaros.
viernes, 14 de septiembre de 2012 |

Anonadado me hallo: Reflexión "Bloggera".



Últimamente he tenido bastante abandonado el blog por muy diversas razones, y siendo sinceros, la falta de tiempo no ha sido una de ellas. Durante el estío he querido evadirme un poco de los temas que habitualmente trato, sobre todo de la denostada situación política actual, cuyo rumbo por desgracia ya parece fijado y campo del cual ya poco o nada le sorprende a uno...  Estoy hastiado, que es una forma sutil de decir "hasta los cojones".  Todo el mundo requiere de vez en cuando de una desconexión, y la mía respecto a estos temas ha sido leer tanto como me resultaba posible aprovechando ese tiempo caído del cielo, hobby (entre otros) al que no suelo dedicar tanto tiempo como quisiera. De hecho tengo en mente publicar en el blog alguna entrada sobre literatura para diversificar la temática de éste abordando también la cultura desde una perspectiva "crítica", con obras que considere de lectura obligada y no tienen la difusión que debieran, u obras que a título personal considero que aportan información alternativa o que ponen en tela de juicio la historiografía habitual.

Pero voy a lo que voy, hoy me ha ocurrido algo que me ha resultado surrealista mas, lo confieso, muy gratificante. Iba caminando al salir de la universidad de vuelta a casa, cuando un vecino en bicicleta (del que no tengo mucha más relación que la estrictamente "vecinal", hay que remarcarlo) ha pasado por mi lado... Le he saludado y para mi sorpresa ha aminorado el ritmo hasta pararse y estrecharme la mano, en ese momento me he quitado los auriculares para escuchar qué tenía que decirme. Un extracto ha sido de la conversación ha sido algo así:

-¡Sé lo que haces! ¡Lo que escribes! (Amable vecino).
-¿Ein? (Un servidor, sorprendido).
- Pensamiento Cismático (Amable vecino).
(Shock por mi parte y probablemente alguna palabra ininteligible).

Me ha contado que había visto mi blog "Googleando", yo le he dicho no sin salir de mi asombro que empecé a escribir aquí por mero desahogo, que jamás pensé en que durase ni tuviera seguidores si quiera, a lo que me ha respondido que a él también le ayudaba escribir. Como yo estaba un poco fuera de lugar, la conversación ha finalizado cuando le he dicho (lo que a posteriori me ha sonado como absurdo y seco) "gracias por leerme", y mi vecino antes de comenzar a pedalear ha respondido "gracias a ti por ser tú" . Mi fútil memoria es posible que esté reproduciendo la situación con palabras que no sean las exactas, mas en términos muy generales así ha acontecido. Debo remarcar que he llegado a mi casa con una sonrisa, pues es grato que a uno le "reconozcan" algo así, pero también pensando en las cosas que podría haberle preguntado si no me hubiera pillado tan de sopetón, como si él también tenía un blog o qué escribía exactamente, o expresarle que si tenía cualquier tipo de crítica o comentario era todo oídos... Pero sobre todo, hablar un poco sobre internet y la experiencia del blog, motivo en parte del que escriba y publique estas líneas.

Creo sinceramente que internet es una fuente de información de una riqueza inescrutable, hay que saber dónde buscar y cómo faltaría más, pues también hay mucha basura y contenido vacío. En este sentido los blogs creo que son un tesoro, no ya por la capacidad de informarte, de leer directamente a "personas de a pie" escapando de los mass-media, con sus historias, impresiones, etc. De leer artículos de la más diversa índole, poesía, qué sé yo. Es mucho más que eso, es el intercambio de opiniones que puede tener lugar, algo en lo que obviamente ni había pensado el día que estrené el blog al no meditar si quiera la posibilidad de que llegase a tener lectores, y que resulta tremendamente el fructífero.

Desde aquí doy las gracias a mi vecino y ruego me disculpe por mi torpeza, lea o no estas líneas; gracias a quienes gastáis por "amor al arte" parte de vuestro tiempo en este mundillo, aportando todo tipo de entradas de interés para nosotros; y gracias por supuesto a quienes seguís y participáis en este humilde blog.
martes, 1 de mayo de 2012 |

La lectura.

La lectura es para mí uno de tantos hobbys a los que no dedico el tiempo que quisiera, y sin embargo, ha aportado en mi vida más que cualquier otro. Jamás comprenderé a las personas que no disfrutan un libro, como tampoco concibo la vida sin música.

Como todos comencé a leer temprano, en preescolar y en el colegio; pero disfrutar una lectura es algo distinto. Si bien hubo libros en esa época que me atrajeron y empezaron a despertar en mí esa fascinación por la palabra escrita, también hubo otros que consideré soporíferos y fuera totalmente de mi interés. En este sentido creo que para fomentar más la lectura entre los jóvenes se debería dar cierta posibilidad de elección al menos, si será por obras célebres... ¡Que al menos uno empiece leyendo sobre temas que considera que le pueden atraer!

Así pues, no fue hasta los once, quizás doce años, cuando puedo decir que me abstraje totalmente con un libro. Fue con la obra de fantasía épica "El Señor de los Anillos", archiconocida a posteriori por la trilogía que Peter Jackson le dedicó en el cine. Había oído hablar de ese libro, lo cierto es que no recuerdo donde, pero su trasfondo lleno de fantasía, magia y criaturas de todo tipo me resultó tremendamente atrayente por aquel entonces. Decidí que quería leerlo y mi padre, que nunca me negó una peseta si iba dedicada a esos menesteres, se encargó de ponerlo en mis manos. Cuando vi aquel enorme tomo debo decir que me asusté, no supe si iba a ser capaz de leerlo. Pero lo fui, y no solo eso, vaya si lo disfrute... Me sentaba todas las tardes y ya entrada la noche a leer, me sumí en la lectura como nunca antes y devoré página a página aquel libro en larguísimas sesiones que a mí se me pasaban volando. En mi mente trataba de poner imagen a la exquisitamente detallada prosa de Tolkien. Nunca antes había disfrutado un libro de aquella manera, y el caso es que, como uno ya no tiene mente de niño, no sé si volveré a disfrutar otro como en aquella ocasión.

Pero no solo me brindó buenos ratos, creo que me proporcionó un léxico muy amplio para mi edad, y un hobby que no creo que abandone jamás. Por todo lo que me aportó por aquel entonces, lo considero mi libro favorito. Con el tiempo cambia la mentalidad, uno busca encontrar cosas distintas... Es fácil ponerse en situación haciendo un paralelismo musical, siempre hay determinadas canciones para "ese momento", acordes a nuestro estado de ánimo, a nuestras vivencias, y a otras muchas variables. Aparqué ese género literario (aunque simpre gusta uno de ahondar en viejas costumbres de vez en cuando) y comencé a leer desde novelas históricas hasta libros de ciencia ficción. Una vez más debo dar gracias en ese sentido a mi padre, que posee una amplia bilioteca en la que yo, motivado por la curiosidad, acababa hurgando y "robándole" cualquier libro que pudiera ser de mi interés.

Con la carrera mi tiempo para la lectura es mucho más exiguo, huelga decirlo, y ha habido épocas donde prácticamente la he abandonado. Al fin y al cabo si pasas tantas horas leyendo, o con la pantalla del ordenador, etc etc. Lo último que te apetece es volver a fijar la vista una vez llegas a casa o te pones a descansar. Pero tan pronto como dispongo de tiempo nacen nuevas inquietudes al respecto, o acudo a ese libro que estaba deseando leer...

En los últimos años se produjo en mí lo que yo califico como un "despertar político", siempre me he considerado una persona sensible con los problemas de la sociedad, pero sin embargo en ese sentido me desentendía. No fue hasta hace relativamente poco tiempo cuando comencé a sentirme muy atraído, por la necesidad de comprender la situación actual, de sopesar alternativas, de eludir la palabra tergiversada con la que intentan inculcarme sus ideales. Y con ese despertar fluyeron nuevas motivaciones a la hora de sumergirse en los libros.


"Diez días que estremecieron al mundo" (John Reed)

Sin ir más lejos y por poner un mero ejemplo, me hallo ahora sumido en un  pequeño "ciclo autoformativo" sobre el comunismo en general y sobre la unión soviética en particular. Una vez más la palabra escrita aporta algo totalmente nuevo, pues los puntos de vista de la época no se ven reflejados en los medios de televisión. E incluso porque se escapa a la censura (u omisión) de éstos. Resulta delicioso, aunque es una árdua tarea, contrastar información por uno mismo abarcando diversas narraciones y puntos de vista y tratar de formarse una idea propia, no la idea precocinada que te venden habitualmente con una brevísima síntesis que alguien ha elaborado acorde a sus ideales. Lo cierto es que me parecen una ideología y un periodo apasionantes, conforme investigo y doy respuesta a mis preguntas, surgen nuevas dudas a contestar, tejiendo de esta forma una pequeña red que me impulsa a seguir buscando información y adquiriendo conocimientos.


Puede parecer fútil hacer un texto sobre lo loable que es la lectura y difundirlo para más inri en un medio como éste, del que dudo que tenga como adepto a alguien con aprensión a los libros. Pero en cualquier caso, aquí dejo constancia de mi pequeña oda a la palabra escrita.


miércoles, 8 de febrero de 2012 |

Epaña de pandereta, Comunidad Valenciana... de traca.

En primer lugar debo pediros disculpas, durante estas últimas semanas los exámenes me han mantenido alejado del blog y de toda manifestación de vida social en términos generales (todo lo social que puede ser para un inadaptado como yo, se sobreentiende). Uno ha de prepararse concienzudamente para el día de mañana, cuando toque repartir curriculums como ingeniero en los diversos kebaps de la ciudad…  Es ésta la típica broma que solemos hacer con amargura los compañeros de carrera, y es que desde luego, como comentábamos ayer entre cafés, seguramente seamos la generación más “pringada” de la historia universitaria.

Imagen obtenida de "Cagadero.com"
“Pringados” por tener Bolonia pisándonos los talones con todo lo que ello conlleva, y en una carrera cuya máximo atractivo era su enorme salida (¡paro negativo!, ¡llaman a los alumnos antes incluso de acabar la titulación debido a la enorme demanda!) nos encontramos ahora que en la Comunidad Valenciana no van a licitarse obras según dicen hasta 2015. Si lo sé, me meto a bellas artes… Puestos a morirse de hambre, que fuera pintando señoras desnudas o haciendo algo divertido y creativo al menos.



Tras esta breve e infructuosa divagación, creo que toca abordar temas de importancia que no he podido tratar con puntualidad aquí, temas que estos días me han enervado y crispado, y es que cada día entiendo menos cómo la sociedad permite según qué cosas, cada día me siento más indignado, más fuera de lugar, y con más ganas de mudarme a Tabarca y vivir cual ermitaño en la “República Independiente de Mi Casa”, ya sabéis, como en ese célebre y jocoso anuncio. Sin embargo, para hacer tal cosa previamente hay que disponer de una vivienda propia, algo que a día de hoy puede resultar más difícil de lograr que la proclamación de la Tercera República en sí. ¿A que ya no hace tanta gracia?

Y es que España está jodida, ahorrémonos eufemismos, como alicantino para colmo pertenezco a la comunidad autónoma más endeudada, esa comunidad gobernada por el PP durante lustros, el mismo PP que viene a salvarnos y se traga sus propias palabras subiendo impuestos, el mismo que ahora impone recortes porque “se han encontrado con una situación peor de lo que esperaban”. Válgame… ¿y vuestros “subordinados” tampoco os informaban del estado de las cuentas de la Comunitat?, por supuesto la culpa también es del gobierno central, o eso argumenta esta gentuza.

Francisco Camps celebra el veredicto. EFE

El escenario político del país y el comportamiento de la gente para/con él me abruman, he oído a jóvenes defender la inocencia de Camps cual fanáticos del fútbol (nosotros somos del PP, “manque” pierda). Ya no sé qué pensar, cuando veo que la corrupción está al orden del día y que es algo tan extendidamente tolerado y plausible, cuando veo a Fabra diciendo aquello de que “éste es un aeropuerto para las personas” inaugurando el absurdo aeropuerto de Castellón y recibe una ovación cerrada, cuando veo al señor Camps guiñarle un ojillo a Dios (¡ni más ni menos!) por salir absuelto…  Mientras el juez Garzón se sienta en el banquillo, cuando me entero de que Sonia Castedo trata con colegueo a Enrique Ortiz y éste recibe tratos de favor en forma de concesiones y demás.

 No es que yo me considere un adalid del pensamiento libre y un genio sin parangón, e incluso puedo llegar a entender, haciendo una alarde de comprensión eso sí, que os viérais cegados por los sueños megalómanos de estos politicastros. Pero coño ¿acaso estáis ciegos?, ¿cómo esta clase política sigue recibiendo apoyo aún a día de hoy?. 

Me siento como el indio que observa con desesperanza los millares de búfalos que, en nombre del progreso, yacen tendidos sobre un charco de sangre en la llanura. Incapaz de combatir el devenir de las cosas aún a sabiendas de sus nefastas consecuencias.
miércoles, 28 de diciembre de 2011 |

¿A qué renunciarías por un mundo más igualitario?

Consumismo. Imagen obtenida de: www.finanzasdiarias.com
Durante estas Navidades he estado formulándome esa pregunta que, si bien se antoja sencilla, creo que entraña cierto veneno. Abordemos por un momento el sano ejercicio de la reflexión.

Si cuestionásemos a un número suficientemente representativo de personas acerca de si les gustaría que hubiese más igualdad en todos los países, menos hambre, que imparase una situación utópica donde todos pudiésemos convivir en bienestar...  Ya sabéis, todas esas cuestiones dignas de aprenderse de memorieta y ser escupidas en el concurso de misses de turno. ¿Quién podría negarse?, seguramente nadie en su sano juicio. Ahora bien, hablar es gratis (al menos en la mayoría de las ocasiones) y es una práctica muy sencilla, así como declarar buenas intenciones sin llevarlas a término ni implicarse lo más mínimo.

Pensemos de nuevo en ese teórico grupo de gente que, de forma homogénea, se declara a favor de acabar con las desigualdades, pero ahora obliguémosles a implicarse, formulándoles uno a uno la pregunta mágica: ¿A qué estaría dispuesto renunciar usted, personalmente, para lograr un mundo más igualitario?.

Aquí me atrevo a elucubrar que el resultado sería bastante diferente al anterior, seguramente ya nos echarían miradas inquisitivas tildándonos de despojos perrofláuticos "No... Si yo le deseo bien a todo el mundo, pero a cuento de qué me viene usted a mí a decir que renuncie a nada". Pero incluso personas que creerían de forma sincera disponer en su seno de esas buenas intenciones, podrían verse en un dilema a la hora de llevarlas de verdad a cabo. Todos somos conscientes de que hablar es una cosa, y actuar es otra bien distinta.

Supongamos por un momento que fuera posible, supongamos que pudiéramos vivir todos con un nivel equitativo de vida, o al menos sin que nadie tuviera que perecer de hambre, sin niños muriendo de inanición, sin personas padeciendo el frío, la soledad y el desprecio de vivir en la calle... Pero supongamos, pues parece lógico de suponer, que para lograr tan loable empresa todos nosotros, esa porción de la sociedad occidental que disfruta del bienestar proporcionado por nuestro sistema capitalista, tuviéramos que "rebajar" nuestro nivel de vida... ¿A qué renunciarías? ¿A tus viajes? ¿A tu Iphone, tu Ipod ?...  ¿A tu ropa de marca? ¿Renunciarías quizás a parte de tu sueldo, o a ese fantástico coche premium?

 ¿A qué crees tú que estarías dispuesto a renunciar sinceramente? ¿Y a qué crees que lo estaría la inmensa mayoría restante? Aquí concluyo la reflexión y dejo plasmada la pregunta... Espero vuestras respuestas ;-)
viernes, 2 de diciembre de 2011 |

Reflexiones sobre la religión.

En primer lugar me gustaría expresar mi profundo respeto hacia cualquier religión y cualquier credo (no así hacia la institución eclesiástica, cosa bien distinta). Una vez dicho ésto, creo que podemos comenzar.

El ser humano siempre ha tratado de dar explicación a aquellos hechos que no comprendía o que no sabía cómo afrontar,  desde fenómenos que ahora nos parecen tan sencillos como el día y la noche, las estaciones…  Hasta la concepción del ser humano en sí mismo, del universo, o esa temible muerte que a todos nos aguarda.


¿Aleatoriedad o Determinismo?

La primera de ellas, la aleatoriedad, pretende indicarnos que todo lo que sucede es algo fortuito, no existe un ser todo poderoso que haya creado al ser humano a su imagen y semejanza, nuestra existencia, el hecho de que La Tierra posea las condiciones adecuadas para ser habitable, nuestra evolución totalmente diferente a la de cualquier organismo que conocemos…  No son más que un cúmulo de casualidades, accidentes, algo en definitiva fruto del mero azar.

Por otra parte, el determinismo, totalmente contrario a la postura anterior, postula que todo sucede por una razón y en vistas a un objetivo, por ende, que todo está determinado. Esta postura da cabida a un ser omnipotente, deidad o deidades, que sean al fin y al cabo artífices de todo aquello que conocemos.

Sinceramente, dado que hay muchas cosas a las que no somos capaces de dar explicación hoy día, ambas posturas se me antojan perfectamente factibles, luego me parece algo razonable la creencia en esa deidad… Al menos, me lo parece en principio.


¿Por qué tu dios?
"Jesucristo Colega, de la película Dogma"

¿A qué venía ese "en principio"? Básicamente, a que si bien me parece razonable la creencia de que haya “algo más”, no me lo resulta en absoluto el darle una imagen e identidad concreta. ¿Por qué va a existir tu dios y no cualquier otro? Y si tenemos en cuenta las civilizaciones que han caído a lo largo de su historia, y con ellas su cultura, religiones… ¿Por qué es más válido ese dios y tu credo que el que profesaban los antiguos egipcios por poner un ejemplo? ¿Por qué Dios no puede ser negro? ¿O ser mujer?

Si a ello le unimos que las religiones actuales beben directamente de otras mucho anteriores, la cosa resulta aún más paradigmática. Al fin y al cabo, los mandamientos aparecidos en la Biblia no son más que un “copia y pega” de algunos preceptos del Libro de los Muertos egipcio… Siempre me ha parecido curioso que muchísima gente creyente desconozca este simple dato y ni tan siquiera intente darle una explicación, ojo, no lo digo yo, un maldito perroflauta, es algo extendido.


No hay mayor error que creerse en posesión de la verdad absoluta.


"Dios ha muerto. Parece que lo mataron los hombres."  
Nietzsche.

Llegados a este punto, voy a tirar una piedra sobre un tejado muy concreto: el de la Iglesia. Me resulta irónico cuando la gente religiosa pide respeto, algo totalmente loable faltaría más, pero que sin embargo no casa en absoluto con una de las misiones intrínsecas de la propia religión cristiana, esa misión a la que me estoy refiriendo no es otra que la de evangelizar, es decir, extender su verdad… Vamos a ver, si yo trato de poner en tela de juicio, con toda la educación del mundo y mediante razonamientos lícitos la propia existencia de Dios, muchos me dirían de todo. Pero sin embargo, si esa misma gente se dedica a intentar modificar mis convicciones o las de otras personas lo hacen por su bien, “por la salvación de sus almas”, y en cambio hemos de considerar que es algo bienintencionado sin más. Lo dicho, resulta bastante irónico.

En definitiva, cada uno es libre de creer en lo que quiera o no hacerlo, faltaría más, pero pensar que uno se halla en posesión de la verdad absoluta es algo terriblemente arrogante. Podría hablar también la enorme labor que hace la Iglesia para ensuciar su propia imagen, y es que creo sinceramente que si se “modernizaran” y no actuaran de forma tan reaccionaria ganarían adeptos o al menos el respeto de quienes no profesamos su culto, ¿qué sentido tiene clamar contra el aborto mientras dejas que África perezca de sida? ¿Cuántos creyentes se niegan a día de hoy a tener relaciones sexuales antes del matrimonio? ¿A usar el preservativo? ¿Tan ignominiosa les resulta la homosexualidad para perseguirla de esa manera con la de males que asolan el mundo?

Pero en fin, dado que no quiero centrarme en la institución zanjo aquí mi reflexión, que supongo que ya resultará bastante conflictiva para según qué mentes…
jueves, 3 de noviembre de 2011 |

Solidaridad, he ahí el cariz.

Viñeta obtenida de "laaldeaglobal.com"

Durante todo este tiempo he escuchado, por parte de personas de muy diferente ideología, diversas opiniones sobre la situación actual del país, sobre nuestro sistema político, sobre la posibilidad de un cambio y hacia dónde encaminarlo... Así como sobre la gente que se manifiesta en la calle "indignada" para conseguirlo o para al menos expresar que ese cambio es necesario, que no es poco.

En especial sobre las manifestaciones, hay varios comentarios que, por decirlo livianamente,  hieren mi sensibilidad; y por decirlo hablando en plata, me tocan los cojones. (Perdón por el lenguaje, pero a veces un comentario soez es mucho más explicativo que frases y frases entre maquillaje y florituras cuando se trata de describir emociones).

-En primer lugar, estoy harto de la gente que opina sin saber. ¿Cómo puedes posicionarte y expresarte a favor o en contra del "movimiento 15M" sin haberte leído su manifiesto? ¿sin haberte pasado por una manifestación?... ¿sin saber absolutamente NADA del qué pide esta gente y por qué está ahí?

Otra de las delicias de este país es precisamente esa, todo el mundo habla, lo cual está muy bien, el problema es que nadie trata de buscar información previamente para adquirir unos conocimientos que respalden su posición y afianzarse en ella o, por qué no, descartarla. Y ésto va por todos, ojo, que a mí me encanta debatir con gente que tiene formas de pensar totalmente opuestas a la mía y lo hace razonando, no escupiendo como un loro lo que le ha oído decir a gente de su entorno desde que eran pequeñillos sin más, o lo que dice la televisión.

-En segundo lugar, me llama la atención los comentarios proferidos tipo "si quieren que les den un trabajo, que se pateen la calle echando currículums, en lugar de estar todo el día de manifestación en manifestación". De antemano, no sé en qué se basa esta gente para saber si todas esas personas se dedican a hacer el vago y efectivamente clamar por un trabajo o si, por el contrario, además de echar currículums, renuncian a un tiempo de placidez en un salón con tal de ir a clamar por sus derechos. ¿Acaso no hay muchos padres de familia que después de trabajar toda su vida han acabado en el paro? ¿Acaso nuestro sistema universitario no se dedica a expender y expener titulados que no tienen sitio en el mercado? Que fácil resulta juzgar y etiquetar a la gente.

En cualquier caso, estas ideas cargadas de falacias y prejucios he de decir que resultan para mí como un zarpazo en el tejido de la realidad, en serio, me desplazan y me hacen sentir un extraño, cada vez más fuera que dentro de esta sociedad... En mi plano mental, intento llevar a cabo lo que considero el sano ejercicio de tratar de comprender otros puntos de vista, pero por más que me esmero, no alcanzo a discernir cómo la gente puede opinar de esa manera.
Imagen obtenida de "doctorsito.wordpress.com"

Todavía impera en una mayoría el hecho de que, si uno y su familia poseen bienestar, lo demás importa poco. Ésto, admitámoslo, es así. Y no ya allende el mar, fuera del país... No, lo del vecino de al lado, nos trae igualmente sin cuidado, luego algunos se rasgan las vestiduras preguntándose cómo, a día de hoy, sigue habiendo gente que vive y perece en condiciones tan lamentables en los llamados países tercermundistas, me resulta irónico. Si esta sociedad poseyera un cierto sentido ético, unos valores morales nobles, cosa de la que parece haber sido privada desde hace mucho tiempo, fagocitados todos ellos
por una competitividad extrema y una enseñanza vacía; si ésto fuera así, repito, el peso de las voces que clamarían por la igualdad, por una salida de la crisis que no desfavorezca aún más a los de siempre, no serían aquellos que no poseen trabajo y se tambalean en la precariedad pensando en cómo llegar a fin de mes... Serían precisamente aquellos que, teniéndolo y gozando de cierta seguridad económica, se solidarizasen precisamente con los que no la poseen. Así lo veo yo.

No hace falta ser un perroflauta, ni ser proletario si quiera, no hace falta ser un bolchevique ni estar en el paro... Sólo hace falta tener dos dedos de frente para quitarse la venda que te imponen los medios durante un instante, y cerciorarse de que, todo aquello por lo que luchan estas personas, es algo justo, algo loable: Una necesidad.

Normalmente, me dicen algunos allegados, soy bastante extremo con mi forma de pensar, sin embargo hoy puedo decir que jamás toleraré ideología alguna que obnubile mi mente hasta cavilar con temas como a qué candidato puede beneficiar la manifestación plural y pacífica de unas personas, desechando con ello precisamente la voz de esa manifestación. O etiquetar a esa misma gente con todo tipo de adjetivos faltándoles al respeto cuando no hacen absolutamente nada reprobable.

Yo, el extremista, no entiendo cómo puede anteponerse "el color" de las personas, con todo tipo de prejuicios, cuando se trata de motivos en los que simplemente como personas racionales, todos habríamos de estar de acuerdo. No entiendo cómo la gente no ve más allá de su nariz, el día que mis convicciones me encajonen hasta el punto de cegarme de tal manera, no serán sino una carga.

Concluiré esta reflexión diciendo que sinceramente, no sé cual es la solución para este sistema, pero al menos soy consciente de los problemas que conlleva y trato de analizarlos, la crisis, creo, es tan solo la fisura superficial que se atisba en los pilares. Siempre he sido una persona crítica, pero mi "despertar político" es relativamente reciente, sigo y seguiré informándome, leyendo libros, tratando de adquirir información sobre alternativas, que existen, las habrá mejores y peores, pero no dudéis que las alternativas existen aunque se hayan esforzado tantísimo en que no lo parezca. Y siendo así, es necesario un análisis individual de ellas, ese es a mi juicio un camino que todos hemos de recorrer.
lunes, 12 de septiembre de 2011 |

Nuevo curso, nuevas desgracias.


Mañana martes, 13 de septiembre, comienza el nuevo curso en la universidad, pero no es lo único que da inicio mañana. Para aquellos alumnos que como yo estudian carreras a extinguir comienza también otro año de despropósitos.

Podría hablar largo y tendido sobre diversos acontecimientos en mi carrera tan surrealistas que parecen sacados de una película de los Monty Python, sobre las incongruencias y la baja catadura moral de algunos profesores, o sobre cómo el nivel varía dramáticamente de un examen a otro en función simplemente de si necesitan o no dejar pasar alumnos; no basta ya con estudiar, a veces uno parece que debe esperar “su convocatoria”.

Así a bote pronto, recuerdo la anécdota de una compañera que se puso en contacto con un profesor tratando de concertar en repetidas ocasiones la revisión de un examen que había suspendido (no por ánimo de suplicar un incremento de nota, que tanto suelen decir, en ese caso se trataba de ver en qué había fallado y prepararse de cara al examen final), sin embargo este individuo que se hace llamar profesor pasó olímpicamente del tema. Finalmente, cuando llegó el examen final, el profesor se le acercó mientras mi compañera lo hacía y le dijo una frase tal que “Ya tengo tu examen, cuando quieras lo revisamos”.

A mí sin ir más lejos, me ocurrió que me suspendieron en cierta asignatura el segundo parcial, dadas las circunstancias decidí no presentarme al final y esmerarme en otras… cual fue mi sorpresa cuando, la tarde del día anterior a dicho examen, recibo un mensaje por el campus virtual indicándome que había habido un error, y tenía el segundo parcial aprobado… Genial.

Y es que parece que una vez uno llega a ser profesor es intocable, algunos profesores (no todos) aprovechan la situación envolviéndose en un aura de superioridad hacia el alumno, ese ser mediocre y vago que está allí por tocarse los cojones. En mi humilde caso, no voy a decir que he sido un estudiante modelo, pero vaya por delante que mis padres tampoco han tenido nunca que obligarme a estudiar, de modo que oiga, si estoy en la Universidad por matar el tiempo a mis veintitrés años y encima pagando a cambio voy un poco de culo. Me parece a mí más probable que sea usted el que está en esto de la enseñanza por tocarse los cojones. Siempre he defendido que no basta con saberse un temario para ser profesor, no todo el mundo tiene cualidades docentes (explicar correctamente, saber incitar el interés en los alumnos… etc) y es algo que debería evaluarse de algún modo.

En cualquier caso poco de eso importa ya, porque este es el último año que se imparten las asignaturas de mi carrera, de modo que en breves ni siquiera tendré profesores; eso sí, si quiero tener un mínimo de oportunidades debo matricularme este año a todo lo que me queda, que de por sí ya es una idea que me embarga de ilusión … Pero es que además existe el pequeño inconveniente del precio.

Llegados a este punto, echo cuentas de cuánto llevo ya gastado en matrículas, de cuántas cosas diferentes podría haber hecho o de otras carreras que podría haber cursado a estas alturas “Si hombre, pero esa carrera es una mierda, te lo pasarás bien estudiándola… pero si no tiene salida…” Pues vale, pero podría haber hecho un máster a posteriori, o dos, por no mentar el hecho de que mi carrera ahora mismo por muy difícil que sea tampoco tiene salida ninguna.

Y mientras tanto y para más inri los alumnos del nuevo grado, me vais a perdonar la expresión, sacándose la carrera con la polla; de aquí a unos años cualquiera puede ser ingeniero, más gente que pasa por las universidad, mayor negocio…. Y hordas de universitarios con un titulillo para enmarcar en su habitación (hasta los vendedores de marcos salen ganando oiga, son todo ventajas), ya depurará la situación el mercado cogiendo a los mejores.

En fin, que yo mientras tanto sigo con el plan antiguo, porque “siendo más difícil, es de cajón de madera de pino que salgas más preparado, con lo que deberías tener más oportunidades”. Pues como el día de mañana consiga sacarme esta carrera del demonio y les den prioridad a los del grado, preparo un suicidio en masa con mis compañeros. He dicho.

domingo, 11 de septiembre de 2011 |

"Remozado" de blog y vuelta a las andadas

"El corazón de la locura". Salvador Dalí

Durante el verano he tenido bastante abandonado el blog, quizás porque también me he tenido bastante abandonado a mí mismo. Una de esas temporadas sumido en las marismas de la que a veces resulta ser mi peor enemigo: mi mente. Atrapado en una encrucijada de pensamientos que tratan infructuosamente de volver a tejer la frágil telaraña que resulta nuestra percepción de la realidad, nuestros esquemas, cuando algo o alguien la rompen de un simple soplido.

¿Cómo empezar de cero? ¿Cómo evitar la desazón de los recuerdos? ¿Cómo no hacer lo que le corazón te pide que hagas?. En definiva, ¿Cómo abordar esa inconmensurable dificultad?. Depende de cada persona y cada situación, algunos preferirán lanzarse a la piscina, en mi caso personal trataré de ir pasito a pasito, saboreando cada sorbo de aquello que me haga sentir bien, que me inspire confianza; una vieja canción, una nueva afición… Esas pequeñas cosas.


Pero ya estoy de vuelta, y aunque prácticamente nadie lea estas líneas, creo que seguir expresando lo que siento, y hacerme eco de aquello que desde mi humilde punto de vista toda persona debería al menos conocer, puede ser si acaso baldío, pero siempre algo loable. Puede que el no tener apenas lectores también tenga un punto positivo, seguiré tratando de actualizar el blog, con la frecuencia marcada por el tiempo del que disponga, y de la presencia o no de palabras que quiera escribir y contar, sin forzar… Expresando y comentando todo aquello que considero oportuno, sin una palabra de más, pero tampoco de menos.


Un saludo, espero que hayáis tenido un feliz verano.