lunes, 7 de noviembre de 2011 |

Breve crítica aderezando con ironía el vacuo debate electoral.

Sí, me declaro culpable: lo he visto. Esta noche he seguido la emisión del debate electoral, mi intención era no hacerlo dado que ninguno de estos dos tipos me representa lo más mínimo, pero movido quizás por el mero aburrimiento o quizás por el disponer de mayores conocimientos aún sobre los que fundamentar mi total desconfianza hacia ellos y sus respectivos partidos, lo he hecho. Al menos, este ejercicio de autocastigo puede servirme para mostraros mi visión de las cosas. 

Imagen obtenida de " tenacarlos.wordpress.com"
"-A mi derecha, el político con el carisma de una patata, falta total de propuestas, necesidad urgente de un logopeda, y presumiblemente próximo presidente de España por eliminación, más que por elección...

-A mi izquierda, el terror rojo, que debió golpearse la cabeza y formó parte de un gobierno socialista que no practicaba el socialismo, para posterior y probablemente con un hecho de similar aleatoriedad, recordar de un día para otro que era de izquierdas."


En primer lugar, alguno pensará que el hecho de reunir a Alfredo Pérez Rubalcaba y Mariano Rajoy en un plató sólo tiene una ventaja: la de la remota posibilidad de que éste se hunda y con ello nos libre del bipartidismo absurdo. Dejando el bizarrismo a un lado, he de decir que a no ser que ocurriera una vez ya fuera de antena tal cosa no sucedió.

El debate, por llamarlo de algún modo, estuvo dividido en tres partes que resumiría así:

En la primera de ellas, un incisivo Rubalcaba ha empezado bien fuerte con una carga por la retaguardia, hablando de su partido y sus medidas, y exponiendo cómo el candidato del PP ni aporta medidas habitualmente ni posiblemente lo fuera a hacer hoy porque, según sus palabras "hasta su propio electorado dejaría de votarles si dijera las medidas que tiene en mente".  Rajoy, después de poner cara de pánfilo y de equivocarse (y no sería la última vez) llamando "Rodriguez" a su contrincante, se limitaría como casi en todo el debate a leer papeles, datos, y a atacar a Rubalcaba por medio de lo acontecido durante esta última legislatura... A mi juicio, dando precisamente la razón a Rubalcaba sobre la ausencia de propuestas por su parte, hecho este último que no le quita razón en cuanto a la penosa gestión del PSOE en materia de empleo, economía... y un amplísimo etc.

Tras un breve descanso, ha sido el candidato popular el que ha golpeado con un gancho (de derechas, faltaría más), a Rubalcaba, al nombrar datos sobre que las desigualdades sociales habían aumentado más durante el gobierno socialista, y siendo este último el que ha jugado a obviar el tema citado y balbucear sobre lo que le interesaba. Por lo visto en el cursillo por fascículos de "Cómo llegar a ser un buen político" lo primero que deben enseñar es a pasar olímpicamente de los temas que a uno no le interesan y explayarse en lo que sí desea hacerlo... Y ciertamente, los dos lo han aprendido a las mil maravillas.  Por otra parte decir que en esta parte se ha visto demasiado inquieto a Rubalcaba, con lo sieso que es Rajoy, sólo con no leer todo lo que expresaba y vocalizar adecuadamante podía tener ganada esa partida el candidato socialista, pero se ve que esta gente siente una atracción inusitada por meterse en barrizales.

Por último, ha vuelto a golpear Rubalcaba, esta vez citando la muy evadida por los peperos en estos días ley del aborto, así como el matrimonio homosexual...  Y alguna cosita más (proposición de listas abiertas). Rajoy ha vuelto a utilizar su técnica magistral de pasar hasta el culo, excepto para decir aquello de que ellos estuvieron de acuerdo en las "uniones de hecho" respecto a las parejas del mismo sexo. Imagino que en ese punto el colectivo homosexual ha deseado con más fuerzas que nadie el escenario apocalíptico que he comentado al principio.


 En conclusión, Rajoy erre que erre con la misma cantinela y a mí particularmente me ha parecido un minipunto para Rubalcaba, aunque no deja de ser lamentable que éste proponga medidas que jamás ha llevado a cabo el gobierno del cual ha formado parte. En cualquier caso, sí es cierto que Rubalcaba gana, y de goleada, en dialéctica al candidato del PP... El cual por cierto, no sabía a qué atenerse cuando le leían su propio programa, que cosa tan grotesca.

Aunque mejor que finalizar con el típico balance sobre quién ha salido victorioso, diré que en mi humilde opinión con estos dos candidatos todos perdemos. Por lo demás, verborrea por parte de dos títeres, si no lo habéis presenciado me atrevo a afirmar que sobreviviréis sin consecuencias graves, al menos, apreciables a simple vista.