jueves, 5 de julio de 2012 |

El CERN descubre la partícula que da validez al modelo físico-atómico actual (sí, mediante aquella "maquinita" que iba a destruir el mundo).

Aún sigo liado con exámenes y tengo ésto abandonado, muchos comentarios a los que responder, blogs que quiero volver a visitar... Pero no puedo ni quiero dejar pasar esta ocasión que, según mi juicio, los medios tan alejados de la didáctica como lo están comúnmente han abordado como no podía ser de otra manera casi de pasada.


El propio Peter Higgs, feliz durante la conferencia.
¿Qué es el Bosón de Higgs?

Si yo digo "protón", "electrón" y "neutrón", todos sabréis a qué me estoy refiriendo, ahora bien, ¿y si digo "quarks"? ¿"fermiones"? ¿"leptones"? Vaya, eso ya es algo que uno no oye tan a menudo...  Pero tranquilos, haya calma.

A grandes rasgos, ocurre que en el modelo estándar de la física de partículas hay partículas más pequeñas que las que suelen enseñarnos como "básicas", las llamadas partículas elementales. Pero no hace falta cursar una ingeniería en física nuclear (como he oído decir en algun informativo en tono jocoso) ni tan si quiera saberse al dedillo todos sus nombres y tipos para entender lo que nos ocupa.

La partícula llamada Bosón de Higgs era, hasta ahora, una partícula teórica, se trata de uno de los componentes del campo de Higgs. Para darle un sentido pensad en lo siguiente: ¿por qué unas partículas vagan por el espacio desde el Big Bang, y otras se detienen, se agrupan, y forman moléculas? ¿Por qué existimos nosotros y todo lo que nos rodea como una agrupación de materia? Según la teoría del físico Peter Higgs, la interacción entre las partículas elementales y el campo de Higgs haría que las primeras se comportaran como dotadas de masa.

El Gran Colisionador de Hadrones.

Llegamos a la máquina del fin de los días, para tratar de encontrar la partícula en cuestión, se construyó el LHC, el acelerador de partículas más grande del mundo, ubicado en la Organización Europea para la Investigación Nuclear (CERN), cerca de Ginebra, en la frontera franco-suiza. El mecanismo es el siguiente: Se hacen circular y colisionar dos haces de protones, y de esta forma se simulan algunos eventos ocurridos inmediatamente después del Big Bang.

Se decía que semejante máquina iba a acabar con el mundo, que iba a crear un agujero negro que devorase el plantea...  Lo cierto es que la creación de un agujero negro, aún entendida como un fenómeno harto improbable, no era descartada al 100%; pero por su nimia duración y tamaño los científicos no lo suponían un peligro. Las primeras colisiones a alta energía en principio estuvieron previstas para 2008, mas debido a una avería que produjo una fuga de helio líquido (que enfría los imanes superconductores) el experimento fue postergado. A finales de 2009 volvió a iniciarse, y fueron produciéndose las colisiones de protones con cantidandes cada vez más grandes de energía. Un servidor, hasta donde sabe, experimenta, y es consciente, no fue absorvido por ningún agujero negro; los medios, ante lo que se trataba ya meramente de ciencia y no poseía ese morbillo del fin del mundo dejaron el tema de lado.

Sin embargo la misión del LHC, que seguía en marcha, era de una gran importancia. Se trataba de dar validez al modelo físico que durante tantos años se ha supuesto verdadero; o por el contrario, si se comprobaba experimentalmente que el Bosón de Higgs no existía, darse de bruces con una la realidad totalmente diferente a la supuesta y tener que buscar nuevos modelos que la explicasen.

La Partícula de Dios ha sido descubierta en lo que se trata, sin duda, de un evento sin parangón para la ciencia en las últimas décadas.

Por cierto, como dato curioso me gustaría destacar que aquello de la "Partícula de Dios" que tan buena acogida tuvo por su componente metafórico, y que parece escamar ciertas susceptibilidades, proviene en realidad de una simple anécdota:
 
Allá por los años 90, Leo Lederman, un Premio Nobel, decidió escribir un libro de divulgación sobre la física de partículas. En el texto, Lederman se refería al bosón de Higgs como "The Goddamn Particle" ("La Partícula Puñetera") por lo difícil que resultaba detectarla.

El editor del libro, en un desastroso arranque de originalidad, decididió cambiar el término "The Goddamn Particle" por "The God Particle" y así "La Partícula Puñetera" se convirtió en "La Partícula de Dios"

De ésto último me enteré ayer mismo... (leído en www.publico.es )

En otro orden de cosas, no pude evitar mientras cocinaba y hacía algo de zapping ver las declaraciones del Portavoz de la Conferencia Episcopal diciendo (y hablo de memoria, conste) algo así como: "La ciencia jamás pordrá explicar por qué hay algo en lugar de nada". A él, y al resto de susceptibles, les dedico las siguientes palabras: Dejen de preocuparse ustedes por la ciencia y dedíquense de pleno a sus labores teológicas; pues si bien ésta no explica muchas cuestiones existenciales, trata de hacerlo. Mientras, a día de hoy nadie en la Iglesia me ha explicado cómo es verosímil que un "dios todopoderoso" tenga por representate algo tan mundano como una empresa (que es a fin de cuentas lo que es hoy día la Iglesia Católica), en cuyas filas militan meros hombres que para más inri, aunque así no lo declaren, se comportan como si hablasen en su nombre o actuasen según sus designios...